Café de la región sur de Los Yungas, en la provincia de Caranavi, Bolivia. Cultivado por la cooperativa de productores San Juan. Varietales Catuai y Typica, de cultivos certificados orgánicos, este café tiene notas a cacao y caramelo.

En esta región se encuentran los cafetales de "Los Yungas". Es una región situada entre las montañas nevadas y la selva amazónica. La tierra y las condiciones climáticas de Los Yungas hacen posible el cultivo de granos de café de alta calidad.

Yungas o "yunga" son regiones o ecorregiones de bosque andino y selva de montaña a lo largo del flanco oriental de los Andes centrales. Se cree que el vocablo yunga o yunca tiene su origen en el quechua yunka, y significaba “valle cálido”. Así llamaban los incas a la región y así la conocieron los españoles a su llegada.

La cooperativa cuenta con certificación orgánica por IMOCERT y Fair Trade.

La Coperativa San Juan

La Cooperativa Agrícola Cafetalera San Juan se formó en 1974 con 40 miembros agricultores de todo Caranaví unidos con el objetivo de apoyar las pequeñas granjas familiares y los métodos orgánicos y libres de químicos. La cooperativa empezó fuerte; A mediados de la década de 2000, Bolivia organizaba competencias anuales de la Taza de la Excelencia y había un alto nivel de interés de desarrollo internacional en el sector cafetalero de los Yungas, del cual Caranaví es el centro. Sin embargo, la productividad disminuyó enormemente entre 2006 y 2017 entre los miembros de las cooperativas debido al envejecimiento de los árboles y la caída de la inversión. Ese año se incorporó a la organización Félix Chambi García, trayendo consigo más de 16 años de experiencia especializada como catador y miembro de varias otras cooperativas bolivianas. Desde entonces, la producción total, la calidad general y la diversidad de cafés de la cooperativa han aumentado significativamente. Félix se ve a sí mismo como parte de la generación más joven y renovada de amantes del café en Bolivia (incluidos baristas y tostadores) que tienen la suerte de estar en un país productor con tan alto potencial. Esta generación ciertamente cree que hay mucho camino por recorrer.

San Juan depende de agricultores individuales para procesar su propio café. Félix ha hecho del control de calidad un elemento central de las operaciones de la cooperativa, y su laboratorio en Alto Cochabamba sirve como punto de control central para toda la construcción y exportación de lotes. Los lotes de pergamino que no cumplen con el requisito mínimo se venden en el país, en lugar de comercializarse en el extranjero. La cosecha también se realiza según un protocolo común: las cerezas de café se recogen exclusivamente maduras, se hacen flotar para clasificarlas por densidad, se despulpan en pequeños despulpadores mecánicos y se fermentan durante 18 a 24 horas. Una vez que se completa la fermentación, el pergamino se lava en recipientes estrechos y se seca al sol en lechos elevados. La cooperativa está trabajando en la instalación de desmuciladores mecánicos para calibrar mejor el despulpado y la fermentación de los distintos miembros.

Bolivia es el único país productor de café sin salida al mar de América del Sur y es el menor exportador de café del continente. A la calidad de ese café, sin embargo, no le falta diversidad ni belleza. El terreno y la geografía de Bolivia están dotados para la producción de arábica, particularmente en toda su gran región de Yungas (Yungas en aymara significa "tierras cálidas"), cuyas cadenas montañosas conectan la cuenca baja y húmeda del Amazonas con el seco altiplano andino.

El municipio más productivo de los Yungas es, con diferencia, Caranaví, donde entre el 85% y el 90% del café especial de Bolivia ha seguido prosperando a lo largo de décadas. El paisaje de Caranaví es escarpado, nublado, accidentado y remoto, con bosques naturales que representan más del 90% del territorio. Las fincas cafetaleras en este clima alto y tropical tienden a estar bien administradas pero son pequeñas, desafiadas por el aislamiento y carentes de apoyo industrial a largo plazo. Los productores bolivianos a menudo todavía no cuentan con equipo de procesamiento o transporte propio, un obstáculo enorme en ese territorio.

La biodiversidad, la salud del suelo, la elevación y el liderazgo progresista en San Juan trabajan sin lugar a dudas a favor de los pequeños agricultores que buscan medios de vida sostenibles con el café. Sin embargo, enfrentar todos y cada uno de los cafés bolivianos, especialmente los mejores, es uno de los tránsitos terrestres más extenuantes en el mundo cafetalero, pasando elevaciones de 4000 metros sobre la cima de los Andes y hacia el oeste hasta el puerto de Arica en la costa de Chile. La baja producción del país, los pocos grupos de productores seleccionados en el sector especializado y los formidables desafíos logísticos significan que cada llegada exitosa es algo digno de apreciar.